Quetzaltenango y la región suroccidente se han destacado desde hace años por un emprendimiento con enfoque familiar. No son pocos los ejemplos donde las empresas han nacido y crecido bajo el amparo de un mismo apellido. Sin embargo, los tiempos han cambiado y muchas de ellas han desaparecido o han sido relegadas a la simple subsistencia. Ante esto, en el presente deben voltear al pasado en busca de las respuestas que garanticen un mejor futuro. Expertos invitados conversaron sobre el tema y resaltaron las oportunidades que existen frente al cambiante mundo de los negocios.
Las empresas familiares son definidas, según Pablo González experto en dicho Empresas Familiares, como un grupo familiar encabezado por un miembro que toma la iniciativa y el riesgo de salir de un trabajo remunerado hacia la empresarialidad. Este esquema, a pesar de que no toda la familia puede estar inmersa en dicho proyecto, se basa en el emprendimiento como medio de vida y la estrategia de negocios como bastión para generar una economía sostenible. “En este caso se emprende con miras hacia el futuro, el traspaso generacional y la garantía de estabilidad socioeconómica”.

Fortalezas y debilidades

Como principal fortaleza, las empresas de índole familiar, cuentan primariamente con una “energía” una dinámica muy especial, ya que los negocios se perciben propios y el mismo ADN del apellido, por decirlo así, está inmerso en el emprendimiento. González  hace énfasis en el sentido de pertenencia y el mismo amor familiar, haciendo que se destaquen frente a sus competidores. Otra fortaleza podría ser la garantía del relevo generacional, de esta manera, se sostiene la permanencia atemporal en el contexto. Así mismo, no podemos olvidar la practicidad con que las empresas familiares trabajan, reduciendo la burocracia y aumentando la comunicación entre jefes y subordinados. Aspectos todos muy destacables y loables.
En cuanto a debilidades, Carlos Alfonso consultor corporativo, detalla la informalidad con que algunas familias toman a las empresas. A sabiendas de que se trata de un negocio donde familiares conviven, no existe muchas veces una dinámica profesional adecuada y se trabaja bajo estándares cotidianos y poco disciplinados. Según Alfonso, para evitar esto, se debe conocer muy bien los principios en los que se ha basado el emprendimiento y el compromiso real que se posee para con la empresa. De esta manera, se desarrollan dinámicas serias y se garantiza al mismo tiempo la sostenibilidad a futuro. Para ello, Cámara de Comercio de Guatemala cuenta con diversas asesorías al respecto, así como programas y congresos desarrollados para coadyuvar a la empresarialidad de abolengo.

Perspectivas futuras

Se destaca el hecho de que las empresas familiares deben evolucionar hacia nuevas perspectivas, frente a un mercado cambiante y globalizado. Esto significa que debe existir un replanteamiento de las estrategias aplicadas hasta ahora y la tecnificación de algunos procesos que otrora, no poseían el impulso ni la asistencia de la tecnología. De esta manera, sin la adaptación correspondiente se vislumbra un futuro más que incierto en algunos casos. Superado esto, es clave igualmente, prevalecer frente a los conflictos que surgen a lo interno del núcleo natural. Así se garantiza la estabilidad comercial y al mismo tiempo, familiar.
Las empresas deben tener una visión estructural basada en el contexto y un plan estratégico diseñado específicamente para sus necesidades y objetivos. Los entrevistados además convergieron en la opinión de la magnífica plataforma que el mercado nacional y local ofrece para los emprendimientos de índole familiar. Grandes empresas han nacido de esta manera y han sabido adaptarse a los cambios, otras por el contrario luchan únicamente por subsistir y se han convertido en comerciantes oportunistas. En todo caso, la recomendación puntual es asesorarse, no tener miedo al cambio y unificar esfuerzos en familia para superar las adversidades.
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