Con un medio ambiente y una biodiversidad sin igual, Guatemala despunta a nivel mundial como una de las naciones con mayor riqueza natural y el  departamento de Quetzaltenango es parte fundamental de este hecho. Todo ello a pesar de que se encuentra en riesgo constante debido al cambio climático, descuido humano y hasta malas políticas gubernamentales. Al respecto y en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, el Director Regional para Quetzaltenango del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP) , Samuel Estacuy, brinda su punto de opinión al respecto y hace énfasis en la oportunidad que tenemos aún, para aprovechar estos recursos y evitar una catástrofe ambiental irreversible.
El CONAP fue concebido como un ente capaz de regular las áreas con mayor biodiversidad en el país, y la región de Quetzaltenango y municipios aledaños están bajo su atenta mirada. Esto porque posee un ecosistema único capaz de contener especies diversas de árboles, plantas, vida silvestre, recursos hídricos, entre otras capacidades y por ello en conjunto con otros actores, buscan hacer conciencia de lo urgente que es proteger y cuidar el medio ambiente. Apelando a que muchos de ellos, desafortunadamente no son renovables y están actualmente en peligro de extinción.

Acciones ejemplares  

Al respecto, cabe destacar la labor que actualmente está realizando la Municipalidad de Olintepeque, quienes han iniciado acciones puntuales para mejorar el medio ambiente local. El Concejal del Medio Ambiente Pedro Ventura, explica la más reciente y la que quizás ha causado mayor impacto, la implementación de una biobarda en el cauce del río Xequijel que rodea el centro de dicho municipio. Se trata una red flotante cuyo fin es captar despojos sólidos. La sorpresa fue que en pocas horas recolectó cantidades enormes de botellas plásticas, residuos de polietileno o duroport, bolsas, envolturas de comida rápida, y hasta costales de desechos junto con cuerpos de animales muertos. La situación según el concejal, causó un profundo impacto en la población, pero se trata únicamente de una pequeña muestra de los niveles de contaminación a los que se está llegando en la región, por ello se está trabajando en busca de concientizar a la comunidad, así como promover mejores prácticas de convivencia con el medio ambiente.
El reto ahora queda en evitar que esta basura se acumule, y hacer algo con la que constantemente es atrapada. Para ello se han hecho contactos con empresas recicladoras que harán uso del material que todavía se puede salvar, mientras tanto la misma municipalidad se ha encargado de limpiarlo. Según Ventura, se trata también de crear cultura ambiental para  separar los desechos, incluyendo reducir su uso,  reciclarlos y reutilizarlos después. “Varios vecinos han venido a la municipalidad en busca de información al respecto y así evitar que más basura sea lanzada al río. Para ello les hemos dicho que es importante evitar el uso constante de bolsas plásticas y no dejar estos desechos en la calle; para ello el tren de aseo municipal tiene recorridos constantes, además estamos por crear una planta propia de tratamiento de la basura, pero se necesita primero que la población se eduque en cuanto a esto” dijo.

 

Pequeñas acciones, cambian al mundo

Ambos entrevistados convergieron en que es importante generar acciones al respecto. Los planes gubernamentales a gran escala solamente pueden llegar a  su objetivo si existen personas comprometidas al respecto. Quetzaltenango y la región tienen el elemento natural y el humano para hacerlo, es cuestión de tomar consciencia al respecto y educarse ambientalmente para vivir de mejor manera. El Consejo Nacional de Áreas Protegidas, según Estacuy, cuenta con planes concretos para garantizar la sostenibilidad ambiental, pero dicha planificación no es nada si el recurso más importante, el humano, no se compromete con el mundo en el que vive y cambia su forma de consumir los recursos.
Las distintas municipalidades deben igualmente unirse en torno a este tema. Los países a nivel mundial lo están haciendo, aunque también existen sus excepciones. Pero resulta en el único camino viable para garantizar la vida de las futuras generaciones en el planeta. La flora, la fauna, así como los demás recursos poseen todavía la oportunidad de salvarse frente a un sistema de vida que parece estar empeñado en destruir antes que construir y en extinguir antes que proteger.  Por ello, nada mejor que comenzar con pequeñas acciones, para garantizar el futuro de nuestro medio ambiente.
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